La recuperación de un río herido: el Alto Manzanares

El Centro de Investigación del Parque Nacional inició en el año 2014 el seguimiento intensivo del estado ecológico del Alto Manzanares, a causa (ahora justificada) de una supuesta afectación sobre el ecosistema fluvial por la actividad del baño. Sin embargo, fue en el año 2015 cuando se observaron los efectos más severos, resumiéndose en un descenso moderado del estado ecológico respecto a sus condiciones de referencia y a las estaciones de control en la que el baño no se practicaba. Por este motivo, en el año 2016 se aprobó una resolución con varias medidas de conservación, entre ellas, la regulación de accesos a La Pedriza y la limitación del baño.

Muchos os preguntaréis, ¿cómo se mide? ¿Qué metodología se ha empleado para cuantificarlo? Resumidamente, las variables analizadas han sido de varios tipos. Por un lado, físico-químicas, que nos indican más sobre la contaminación del agua. Por otro lado, las biológicas, que nos indican si las poblaciones que habitan el río y el ecosistema están funcionando como deberían. Y finalmente las hidromorfológicas, que nos informan sobre el estado de las riberas y la diversidad del propio hábitat fluvial. Todas ellas de acuerdo a una legislación europea y estatal. Las principales afecciones se detectaron en los variables biológicas e hidromorfológicas.

En este sentido, ¿qué es lo que sucedía en el río Manzanares cuando se practicaba el baño? En primer lugar, la alteración del hábitat fluvial. Este factor era determinante, porque las poblaciones biológicas de los ríos están adaptadas a un medio de vida específico de un tipo de sustrato (arenas, limos, gravas, piedras o macrófitos). Por ejemplo, un efemeróptero común y sensible presente en nuestros ríos serranos (los heptágenidos) viven refugiados en piedras de tamaño medio con corriente moderada. La continua y desmesurada movilización del sustrato por parte de los usuarios, con el fin de represar el río, era una práctica habitual. Y los indicadores biológicos, los invertebrados acuáticos que tienen únicamente ese hábitat tan reducido, lo notaban, hasta el punto que varios taxones desaparecían en la época estival. Es el caso de los taxones mencionados anteriormente: mientras en los años 2014 y 2015 desaparecían del río, desde el año 2016 habitan de un modo continuado. Otro impacto más directo era el pisoteo del cauce, que también afectaba a estos organismos, por las causas que os podréis maginar: muerte por aplastamiento. Hay que recordar que estos hechos se ocasionaban a lo largo de varios kilómetros de cauce, de un modo continuado, tanto en el espacio como en el tiempo. Además, otros impactos más visuales eran la acumulación de basuras, la erosión de las orillas o la afección de la vegetación de ribera, entre otros.

095 01 Alto ManzanaresAlto Manzanares. Autor: Ángel Rubio

A día de hoy, se puede concluir que el río Manzanares en el ámbito de La Pedriza, ha recuperado, en parte, el estado ecológico que los humanos le habíamos arrebatado. Algunas observaciones objetivas, es decir, medidas y cuantificadas, han sido la estabilización de abundancias en taxones indicadores. Unos taxones sensibles, han reaparecido para quedarse (heptagénidos), y, por el contrario, otros taxones oportunistas (dípteros quironómidos), siguen presentes, aunque en densidades casi 4 veces inferiores respecto a 2015, siendo más propias de ríos de montaña. Esto se traduce, por ejemplo, en una menor dominancia de unos taxones sobre otros. Un ejemplo. En el año 2015, un único taxón suponía casi un 60% de todos los individuos presentes en un tramo afectado. Actualmente, esta dominancia ronda el 28-30%, valores similares a otros ríos de la Sierra de Guadarrama. Por ello, los índices de diversidad también reflejan una mejora de éstos en este periodo.

Otra observación esperanzadora este año, ha sido una mejora importante del río en las inmediaciones de El Tranco. Aunque desde el año 2016 se venía observando una mejora lenta y progresiva, ha sido precisamente en 2020 cuando los índices biológicos de invertebrados acuáticos han registrado un valor excelente. Los resultados de la campaña primaveral, según la legislación, se caracteriza como un estado ecológico Muy Bueno. Este hecho ha sido la primera vez que se alcanza desde el inicio del seguimiento, después de 7 años y 24 muestreos en ese mismo tramo. Todo ello parece indicar que la naturaleza sigue su curso y, con medidas de conservación adecuadas, el tiempo pone las cosas en su lugar.

095 02 IBMWPEvolución del índice IBMWP a lo largo de las campañas estivales de los últimos años

Desde el Centro de Investigación seguimos vigilando el estado de nuestros ríos, no sólo del Manzanares, sino también en otras cuencas, como la del río Lozoya y el Guadarrama. Si bien las medidas adoptadas para este tramo del río Manzanares han sido exitosas nos preocupa que, estos efectos, se trasladen a otros ríos cercanos serranos como el río Lozoya. Preocupación que se fundamenta en el hecho observado en estos meses estivales, de una gran afluencia de visitantes para la práctica del baño, cuyo perfil es nuevo en la zona, recordando que, con carácter general, no está permitido el baño en el Parque Nacional ni en la Zona Periférica. Más aún en estos duros tiempos de pandemia del COVID19, en donde el baño y recreo está prohibido en las aguas naturales continentales madrileñas. Desde el Parque Nacional estaremos atentos para adoptar las medidas precisas para que en el río Lozoya, la cuenca de la que beben más de la mitad de los madrileños, no se desencadenen los efectos tan nocivos como los acontecidos en el Manzanares años atrás. Pero para conseguirlo necesitamos la colaboración de todos.

Conviene recordar que en el río Manzanares, desde su nacimiento y en su trayecto a su paso por la Pedriza, está declarado como Reserva Natural Fluvial, que junto al río Eresma, (y próximamente el río Lozoya), declaración que es el reconocimiento a ser unos de los mejores ríos españoles. Nuestro deber, por tanto, es velar por la conservación en estado prístino de estos magníficos ríos que nos brinda la Sierra de Guadarrama.

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Informe sobre el estado ecológico del Rio Manzanares tras la supresión del baño en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Año 2020.