Recuperación de las poblaciones de conejo: el invierno, el periodo más duro

majanoLa situación de las poblaciones de conejo en España sigue siendo muy delicada, habiendo desaparecido en muchas zonas donde antes era abundante. A pesar de que en la mayoría de las Comunidades Autónomas continúa causando daños en algunos enclaves concretos como zonas de cultivo, taludes de autopistas e incluso en zonas urbanizadas, por lo general sus poblaciones se muestran frágiles e inestables en los territorios tradicionalmente conejeros de gran parte del país.

La presencia de conejo en el ámbito del Parque Nacional es prácticamente inexistente, tan sólo donde los límites de este espacio tocan las cotas más bajas, por debajo de los mil metros, se puede detectar alguna pequeña zona con presencia del lagomorfo. La altitud, la pendiente y el tipo de suelo, hacen del Parque Nacional un hábitat inadecuado para la supervivencia de la especie.

Sin embargo, en el ámbito de la Zona Periférica de Protección su presencia en otras épocas era relativamente abundante. En zonas como el Valle de El Paular, hasta la década de los 70 se sembraba cereal en gran parte del fondo de valle y había abundantes zonas de majadales pastoreadas por ovejas que beneficiaban al conejo. Su caza estaba basada en un aprovechamiento tradicional, para consumo casero, con un número muy reducido de armas de fuego. Además, la abundancia de predadores oportunistas como el zorro o el jabalí era muy inferior a las densidades actuales. La consecuencia era, que a pesar de ser una zona de montaña donde no llega prácticamente el piso mesomediterráneo, hábitat idóneo para la especie, sus poblaciones mantenían más o menos un área de distribución estable en toda la franja del piedemonte serrano.

A partir de la década de los 70 el panorama cambio de forma palpable para la especie en la zona. A los cambios de uso, con la desaparición de las zonas de cultivo, el abandono del pastoreo con ovejas, la progresiva reducción del consumo de leña con la recuperación del matorral, se sumaron la incidencia de las enfermedades contagiosas, primero la mixomatosis y luego a partir de la década de los 80 la enfermedad hemorrágico vírica, con un repunte en los últimos años de gran virulencia, achacado a una nueva variante del virus.

En la actualidad y después de la práctica desaparición de la especie en muchos enclaves del ámbito de la Zona Periférica de Protección, se está llevando a cabo un proyecto de recuperación de sus poblaciones, potenciando su papel como especie presa de especies emblemáticas del Parque Nacional como el águila real, el águila imperial o el buitre negro.

La base del proyecto son unos recintos denominados ZIR (Zonas Integrales de Recuperación) que recrean las condiciones ideales para el asentamiento de las poblaciones, ofreciendo un hábitat adecuado, tanto en alimento y refugio como en protección frente a predadores y furtivismo, manteniendo dichas características de forma continuada en el tiempo, potenciando la expansión natural de las poblaciones.

063 02 comederoEn una primera fase, estos cerramientos aglutinan las funciones de zona de aclimatación y cuarentena (profilaxis y desparasitación) e impiden la dispersión de los conejos tras la repoblación. Posteriormente, y una vez transcurrido el periodo de aclimatación, gracias a unos tubos colocados por debajo de la malla, permiten la expansión de los ejemplares jóvenes, pero manteniendo intactas las características de protección en el interior del recinto.

El diseño de las ZIR para las poblaciones de conejo, fue elaborado en el estudio “Recuperación de las poblaciones de conejo en el Valle de El Paular”, cuyo desarrollo se ha llevado a cabo con la colaboración de la Sociedad de Cazadores de Rascafría.

En invierno, durante la época más dura para la especie en las zonas de montaña, desde el centro le proporcionamos alimentación suplementaria a través de comederos instalados en los recintos integrales de recuperación de sus poblaciones.