La cabra montés, gran protagonista en Sierra Nevada
Fernando Horcajada
Durante los días 4, 5 y 6 de octubre de 2018 diferentes grupos profesionales que desarrollan trabajos o actividades relacionadas con los ungulados silvestres ibéricos se han dado cita en el Parque Nacional de Sierra Nevada, para celebrar la 9ª edición de la reunión anual de ungulados silvestres ibéricos RUSI, cuyo tema principal a tratar era “los ungulados y su conservación, ante una nueva realidad más urbana y menos rural”.
El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama asistió al evento con una buena representación, con su codirector-conservador Pablo Sanjuanbenito a la cabeza, presentando 3 comunicaciones relacionadas con la gestión de la cabra montés en este espacio natural, la presión histórica de esta especie desde su reintroducción en los años 90 y la metodología de seguimiento a través de nuevas tecnologías.
Durante la primera jornada se celebró un taller exclusivo dedicado a la cabra montés, en el que se evaluó el estado poblacional de este ungulado a nivel mundial, ya que en pocos años ha pasado de ser una especie exclusiva del territorio español, a estar actualmente distribuida por Francia, Andorra y Portugal.
Las conclusiones reflejadas en la mayoría de las ponencias hablan de una situación que ha variado rotundamente en las últimas décadas, pasando de ser una especie al borde de la extinción durante el siglo pasado, a tener poblaciones abundantes y relativamente bien distribuidas por la Península ibérica. Esta nueva situación, con sobreabundancia en muchas poblaciones y competencia con otros ungulados silvestres y domésticos, ha acarreado nuevos escenarios relacionados fundamentalmente con la trasmisión de enfermedades, con los daños en la vegetación y el sobrepastoreo o incluso con su estatus taxonómico, ya que las dos subespecies presentes en la Península y aisladas durante siglos, podrían entrar en contacto en pocos años.
Sin duda estamos asistiendo a un momento histórico en el auge de las poblaciones de ungulados en general y de la cabra montés en particular, cuyas poblaciones fueron descritas en nuestro país de manera muy tardía, bien entrado el siglo XIX, cuando la especie comenzaba ya su declive a consecuencia de las guerras napoleónicas y cuando las poblaciones de Guadarrama ya habían desaparecido.