Herbivoría: estudio de los daños a la vegetación
Jose Luis Izquierdo
El Centro de Investigación, Seguimiento y Evaluación, junto con expertos contratados por el Parque Nacional, han puesto en marcha una serie de estudios cuyo objetivo es valorar los daños de los herbívoros sobre la vegetación.
Dentro de este proyecto tiene un apartado especial la situación actual de las poblaciones de la cabra montés (Capra pyrenaica) en el Parque Nacional y sus impactos sobre la flora y la vegetación. Realizados los primeros recorridos de campo en distintas zonas del Parque se han obtenido datos preliminares para abordar este delicado estudio y establecer las bases para su desarrollo posterior.
Es un hecho que la cabra montés se encuentra en expansión en la Sierra de Guadarrama, manteniendo densidades muy altas en algunas zonas de la sierra. En este sentido se ha observado un fuerte comportamiento de querencia hacia sus zonas de reintroducción, volviéndose a concentrar en grandes cantidades en enclaves como el conjunto de La Pedriza y los hoyos glaciares de Alameda y Pinilla del Valle. Concretamente, en el área de La Pedriza se han detectado y cuantificado daños importantes a distintas especies leñosas, algunas de ellas catalogadas como especies amenazadas (Perea et al., 2015, Biological Conservation 181:9-17). Hacia el resto del territorio, este ungulado realiza incursiones más esporádicas produciendo daños a la vegetación en determinados periodos y no todos los años. Aunque comienza a ser preocupante, por ejemplo, la existencia de grupos numerosos casi permanentes en el macizo de Peñalara, la joya del Parque Nacional, que alberga un conjunto de comunidades vegetales y especies de flora de muy alto valor y susceptibles de ser dañadas por estos herbívoros.
Otro aspecto muy interesante es la selección del alimento que realiza este ungulado, ya que se ha detectado que en determinadas comunidades rupícolas es muy selectivo, presionando sobre unas especies y dejando intactas otras.
Como consecuencia de estos trabajos se está diseñando un plan de seguimiento en todo el Parque Nacional que nos permita anticiparnos a la gravedad de los daños mediante la detección de su estado, su avance en unas zonas, la aparición de nuevos daños en otras, etc.
El desarrollo de estos estudios proporcionará unas bases inmejorables, y en definitiva, una buena herramienta que nos permitirá gestionar de forma eficaz y lógica las poblaciones de estos ungulados con el objetivo prioritario de la conservación de los ecosistemas del Parque Nacional.