Los olmos de montaña, amenazados
El olmo de montaña (Ulmus glabra) es una especie característica de latitudes más elevadas (centro y norte de Europa), y en la Península Ibérica se encuentra principalmente en las montañas del norte (eje pirenaico-cantábrico). Al sur de esta línea es escaso; sus poblaciones más meridionales se localizan en el Sistema Central y algunas sierras béticas. En la Comunidad de Madrid es una planta protegida, incluida en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas en la categoría B (sensible a la alteración del hábitat). En el Parque Nacional existen básicamente dos poblaciones, una en la vertiente madrileña y otra en la vertiente segoviana, además de un número escaso y disperso de ejemplares.
Actualmente se están estudiando las diferentes poblaciones que habitan en el Sistema Central, mediante un proyecto dirigido por Felipe Martínez, profesor de Botánica del Departamento de Sistemas y Recursos Naturales de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Montes, Forestal y del Medio Natural (Universidad Politécnica de Madrid), constatando el elevado interés biogeográfico de estos bosquetes de olmo de montaña. En el año 2010, en uno de los muestreos anuales en la población del término de Rascafría, detectaron que algo no iba bien. Varios individuos mostraban síntomas de enfermedad, con ramas que se estaban secando. Analizando las muestras en el laboratorio con posterioridad, se detectó que se trataba de un brote de grafiosis. En los años siguientes, la enfermedad ha afectado aproximadamente a la mitad de los individuos de la población.
Ante la gravedad del problema la Comunidad de Madrid, a través del IMIDRA (Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario) y el Centro de Investigación del Parque Nacional, junto con la Universidad Politécnica de Madrid estamos trabajando en el diseño de un plan de conservación y de recuperación de esta especie en la Sierra de Guadarrama. Entre las principales acciones se pretende sanear y reforzar la población afectada en la medida de lo posible y averiguar con qué cepa de la grafiosis nos enfrentamos.
Durante esta temporada, en los laboratorios del IMIDRA se han obtenido plántulas de individuos sanos a partir de técnicas de clonación mediante estaquillado. También se han obtenido individuos procedentes del banco de semillas de la población. En un futuro próximo se comenzará con los trabajos de erradicación de ejemplares afectados e introducción de plantas sanas en el entorno. Mientras tanto, tenemos la esperanza y el deseo de que el olmo de montaña pueda sobrevivir a esta letal enfermedad y continúe formando parte de estos enclaves relícticos, como lo ha hecho hasta ahora soportando los rigores del clima y otros avatares.